miércoles, diciembre 12, 2007

Otro Mundo es Posible y Necesario

Mónica Baltodano
Octubre 2007

I. Elementos Introductorios

1. Para mi es un honor ser parte del selecto grupo de expositores en esta Conferencia sobre América Latina, organizada por la Escuela Florestán Fernández del MST.

Quiero agradecer a la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro, a la Universidad Federal de Ceará (Fortaleza), a mi amigo Joao Pedro, y a todos los que se empeñan en convocar periódicamente a estos encuentros que nos permiten conocerles, estudiar otras experiencias y reflexiones, y crecer en conocimientos y convicciones.

Como no existen interpretaciones, ni discursos políticos neutrales, queremos ser transparentes y exponer con claridad desde qué lado de la acera nos situamos. Cuáles son nuestras premisas, nuestros supuestos, en fin, nuestros intereses en estos asuntos.
En una ocasión preguntaron a Marx que si el podía describir el desarrollo futuro de determinadas situaciones y formaciones históricas, a lo que Marx respondió más o menos así: Yo no soy cocinero para ponerme a trabajar recetas del desarrollo futuro. Mi primera afirmación y supuesto es: no existen recetas. No existen tácticas, ni estrategias, ni predeterminaciones económicas o providenciales, que nos garanticen de previo, para todos los países de América Latina, cuál es el mejor y más seguro camino a seguir; y me alegra muchísimo, que yo no veo por aquí a ningún cocinero. Entonces, no hay recetas ni dogmas para la teoría y la acción revolucionaria. Lo que sí tenemos claro es una de las más grandes y sólidas verdades históricas, retomada y proclamada por el Che para todos los revolucionarios del planeta: “no hay más cambios que hacer, o revolución socialista o caricatura de revolución”.

Estas afirmaciones responden a mi modesta experiencia personal, como militante de la causa sandinista que abracé desde que tenía 15 años; de mis experiencias como organizadora de barrios populares, siendo para entonces miembro de los movimientos cristianos; y, desde luego, en el combate clandestino guerrillero. Tenemos el privilegio, también, de haber participado en tareas de conducción de una revolución triunfante, que se mantuvo en el poder como proyecto durante 10 años, a pesar del acoso y la guerra de agresión imperialista. Así como la experiencia adquirida desde la resistencia y oposición legal a los gobiernos neoliberales de los últimos 16 años.

Ahora, en Nicaragua, después de la victoria electoral de Daniel Ortega, no integro las estructuras del poder gubernamental. Soy parte de una corriente de luchadores sandinistas, que sin renunciar a nuestros principios y valores por los que una vez nos comprometimos, hoy tomamos distancia de muchas políticas, conductas y acciones del gobierno actual, y mantenemos, frente a éste, posiciones críticas desde la izquierda. Seguimos empecinados en contribuir a la edificación de ese otro mundo, de Justicia social y de libertad, que no sólo es posible, sino urgente para nuestros pueblos.

2. Decir que nos situamos en la orilla izquierda de la acera, nos permite hacer desde ya otra sugerencia: ya no se puede hablar de la izquierda, en singular. En el mundo contemporáneo - y lo vemos en Centroamérica, por las reflexiones compartidas con militantes de otros países-, no existe hoy una sola izquierda, como tampoco parecer haber una sola ruta en la lucha por el socialismo. Es decir, y es otra sugerencia, no existe una propuesta única e invariable para el socialismo del siglo XXI de América Latina. Tampoco existen sólo dos izquierdas, tal como se ha difundido desde ciertas posiciones liberales y socialdemócratas: Una supuestamente moderada, pragmática y democrática; y otra atrasada, populista y autoritaria.

Yo recuerdo que todavía hace algunos años con frecuencia tendíamos a reducir el concepto de izquierda limitándolo a ciertas fuerzas o partidos políticos. En Centroamérica habitualmente pensábamos que la única izquierda verdadera era aquella que luchaba junto a nosotros, con las armas en la mano. Otros pensaban que la única izquierda era la que luchaba desde las filas de los tradicionales partidos comunistas.

Los tiempos han cambiado. En Centroamérica y en el mundo, la izquierda está conformada por una gama amplia de fuerzas que van desde pequeños grupos radicalizados que actúan desde organizaciones no gubernamentales, en las organizaciones de defensa de los derechos humanos, feministas, ambientalistas, determinadas corrientes en sindicatos y gremios, notables intelectuales en incuestionable rebeldía con el sistema, pasando por articulaciones sociales de resistencia al neoliberalismo, movimientos sociales autónomos de los partidos, y otros movimientos políticos, hasta – desde luego - fuerzas partidarias legalmente constituidas, otras todavía en las montañas, como las FARC en Colombia. Y aún en el campo de los partidos o en las coaliciones y alianzas estructuradas para las contiendas electorales, se pueden encontrar variados matices de la izquierda. Para no mencionar procesos en marcha como el de Venezuela las revoluciones victoriosas de Cuba, Vietnam y, por qué no, de China.

Algunos interesados señalan que ya no hay izquierdas, ni derechas, y que de lo que se trata ahora, es de establecer agendas comunes por encima de las diferencias. Realmente para la derecha no es problemática la existencia de la izquierda en general, por ello es que se empeñan en clasificarla de manera simplista. Lo que les preocupa realmente, es la existencia de una izquierda insobornable, de una izquierda anticapitalista, de una izquierda guevarista que lucha desde todas las trincheras por el cambio radical del sistema.

Me he extendido en este aspecto, para señalar que no existe un izquierdómetro que indique, de manera doctoral y científica, quién es y quién no es de izquierda. Por ejemplo, algunos intelectuales, y mucha gente, piensan que en Nicaragua gobierna la izquierda; aquélla que dirigió la lucha y el poder revolucionario de la década de los ochenta. Y piensan que si cuestionamos ahora la gestión de Daniel Ortega, algunas de sus conductas y acciones, entonces somos sospechosos de ser de derecha. Yo creo que no pocas acciones de Ortega, distan de un verdadero revolucionario. Seguramente, otros tendrán experiencias parecidas. Las cosas ahora, no son tan diáfanas como antes.
II. El mundo que queremos cambiar y que ya estamos cambiando
1. Para situar ese otro mundo que queremos construir, debemos recordar que vivimos en una sociedad global profundamente inequitativa e injusta. Uno se pregunta: ¿Cómo puede esta humanidad, que ha sido capaz de grandiosos avances científicos y tecnológicos, seguir aceptando la muerte masiva de niños, por hambre, en muchas partes del planeta? ¿Cómo aceptar, como natural, la enorme concentración de la riqueza en pocas manos, a la par de la negación de los más elementales derechos, a millones de seres humanos? No vamos a repetir las cifras dramáticas que ya todos conocemos. Sin embargo, nunca es inútil recordar algunos trazos de nuestra realidad planetaria.
2. El trazo más importante: el incuestionable carácter hegemónico del sistema capitalista neoliberal, que se sostiene, a pesar de sus recurrentes crisis y señales de agotamiento, a través de: § Control casi unipolar del planeta; § Predominante fuerza económica y comercial; § Hegemonía cultural, influenciando a las fuerzas políticas y sociales del planeta a través de la lógica del pensamiento único; § Dominio y control de la ciencia y la tecnología; § Poderío ideológico, que se desprende de su gran poder mediático, y de los aparatos ideológicos de Estado, a su servicio; § Poder militar que le permite imponer su dominio, a través del uso de la fuerza, o de la amenaza del uso de la fuerza; § Imposición de su moneda, como reserva y medio de pago internacional; § Clara subordinación de la institucionalidad internacional y del orden jurídico mundial, a sus intereses.
3. Las grandes naciones imperialistas, a cuya cabeza se encuentra Estados Unidos, se organizan bajo la supremacía de los grandes capitales. No es cierto, como pretenden algunos, que hoy el capital no tiene fronteras, no tiene sedes, ni cabezas, ni responsables. “El 85 % de las multinacionales, empresas y bancos, están en manos de Estados Unidos y Europa. Y entre las 50 empresas más grandes del mundo, dos tercios son norteamericanas”. Como si fuera poco, para garantizar su hegemonía, Estados Unidos sigue expandiendo su poderío militar. Actualmente, por ejemplo, Estados Unidos tiene tropas en 180 países, y bases militares en 120 naciones del planeta[1].
4. Las consecuencias del modelo capitalista actual, son más que evidentes. A titulo de ilustración para ustedes, podemos decirles que en Centroamérica, 500 años después:
§ Nuestras sociedades padecen hambre, desempleo y miseria - junto a la violencia- social y doméstica. § Nos han impuesto un sistema económico y social, que sólo permite el disfrute de la vida y el bienestar, a un reducido 7% de la población. § Nunca se ha generado suficiente empleo; nuestros compatriotas han tenido que emigrar, o desfallecer, en la más absoluta de las miserias. Nicaragua, por ejemplo, mantiene más del 75% de la población, bajo la línea de la pobreza; y en los últimos años, han emigrado más de medio millón de nicaragüenses en edad de trabajar. En una población total de 5 millones, ¡esto es atroz! § El ajuste estructural, ha conseguido domesticar la macroeconomía de nuestros pequeños países, pero el crecimiento económico – cuando lo ha habido - solo ha garantizado el pago de la deuda externa y, desde luego, la de los banqueros nacionales. Los pobres, siguen esperando que la copa se derrame. § Los recursos naturales han sido apropiados o expropiados -a través de concesiones- a favor de las transnacionales, cerrando las posibilidades de su disfrute a las futuras generaciones. § La mundialización capitalista ha acrecentado la hegemonía del capital financiero en nuestros países. Ofreciendo ventajas únicamente a banqueros, comercializadores de nuestros productos primarios de exportación, importadores de los productos del primer mundo, transnacionales que se aprovechan de la mano de obra barata que ofrecen nuestros estados, a maquiladoras. § Los salarios para los trabajadores se mantienen congelados en un nivel precario, y el CAFTA (TLC con EEUU), tiende al desmantelamiento de las pocas conquistas laborales, expresadas en los Códigos del Trabajo. El CAFTA es la subordinación neocolonial de nuestras economías. Las perspectivas, en el marco del CAFTA, son la muerte anunciada para nuestras semillas, para la producción campesina y la pequeña industria. § El modelo depredador, ha acrecentado la vulnerabilidad de nuestras comunidades. Con frecuencia somos víctimas de las sequías, de las inundaciones, de terremotos y de huracanes, provocados por los desequilibrios ambientales que ha generado el productivismo, la búsqueda de la ganancia a cualquier precio, y la carrera desenfrenada por el consumo -de la que no escapan nuestras oligarquías locales-. § En resumen, en Centroamérica, la paz y la democracia política arrebatada con sangre a las oligarquías criollas y al imperialismo, están muy lejos de satisfacer las necesidades y expectativas de los pueblos de la región.
5. La hegemonía del capitalismo se sigue expresando en la reducida soberanía de nuestros Estados Nacionales. Desde hace un buen tiempo, ya no tenemos burguesías nacionales, sólo grupos de poder económico local, que operan subordinados y en estrecho vínculo con las transnacionales. Y, desde luego, tenemos la clase política criolla que se lucra de este estado de cosas, incluyendo vergonzosamente a algunos individuos que otrora fueron dirigentes revolucionarios.
En nuestros países, con frecuencia, se aprovecha el poder político para la construcción de capitales personales. Por ejemplo, las privatizaciones y las concesiones -mineras, madereras, energéticas, previsionales de seguridad social-, todas hicieron de funcionarios públicos, socios de las transnacionales, a través de testaferros. Esta es la experiencia que hemos vivido en Centroamérica: el uso del Estado y la función pública para la prebenda y la corrupción.
6. De la hegemonía del sistema, muchos desprenden de manera pragmática, la tesis de la inevitabilidad del capitalismo. El sistema ha mostrado una gran capacidad de acomodamiento, de hacer cambios y ajustes para revitalizarse, para aprender de sus críticos y adversarios, para superar una y otra vez sus crisis cíclicas y, sobre todo, para venderse como destino manifiesto e inexorable de la humanidad.
Desde Marx conocemos, científicamente, las contradicciones que genera el sistema y las razones que imponen la necesidad de su reemplazo. Igualmente sabemos, desde entonces, que éste sistema nunca caerá como una fruta madura. Desde siempre hemos sabido que la burguesía -como diría Néstor Kohan- no comete suicidio. Tal como expresó la Segunda Declaración de la Habana: “Se sabe que en América y en el mundo la Revolución vencerá, pero no es de revolucionarios sentarse a la puerta de su casa para ver pasar el cadáver del imperialismo. El deber de todo revolucionario es hacer la revolución”.
III. Rasgos de ese Otro mundo posible y necesario
1. Un proyecto de socialismo que recree los ideales de igualdad, justicia social y libertad que siempre nos han inspirado.
Estos principios, como se puede constatar, no pueden ser realizados a plenitud en el marco del sistema capitalista. Este sistema, por su esencia, por la composición de su ADN, produce desigualdad, injusticia, inequidad. Naciones Unidas ha informado que 854 millones de seres humanos sufren hambre en el planeta. Que más de 6 millones de niños menores de 5 años, mueren anualmente a causa del hambre. Que más de mil millones de seres humanos no tienen medios para auto sostenerse, y que viven como “sobrantes”, pues el sistema no tiene trabajo, ni lugar, ni promesas que ofrecerles. Es decir, se fue al carajo la más importante meta de los Retos del Milenio.
¿Y que decir de la libertad? Para el sistema la suprema libertad, a la que se subordina todo, es la libertad del mercado para los capitalistas, para los Estados del Norte y sus grandes corporaciones. Escuchen esta cita brutal de uno de los fundadores del neoliberalismo y que confirma lo que estoy diciendo: “Por tanto una defensa eficaz de la libertad (de mercado) debe ser necesariamente inflexible, dogmática y doctrinaria, y no debe hacer ninguna concesión a consideraciones de oportunidad. La exigencia de la libertad (de mercado) sólo puede ser victoriosa si se considera como principio general de la moral política, cuya aplicación en cada caso concreto no necesita ninguna justificación. El que determinadas metas deseables no puedan ser tal vez obtenidas más que mediante una limitación de la libertad no debe ser considerado como justificación suficiente de una tal limitación.”
“En estrecha conexión con esta fundamentación general de la libertad (de mercado) hay varias condiciones esenciales que las instituciones de una sociedad libre deben cumplir: la necesidad ineludible de la propiedad privada, la sujeción de todo uso de la coerción a reglas generales hechas públicas con anterioridad, la remuneración de todos los servicios según el valor del mercado, objetivamente determinable y no según el mérito subjetivo, siempre impreciso, y finalmente, el uso del mercado como medio de coordinación de los esfuerzos guiados por los conocimientos y deseos individuales de los distintos hombres”. [2]
Pero hemos de reconocer también que en las experiencias del socialismo real, estos valores fueron negados en la práctica o desnaturalizados sustancialmente. Se llevaron a su máxima expresión las restricciones a la libertad económica y política. Se pretendió una igualación forzada, desconociendo la diversidad y negando espacios a las minorías étnicas, a los derechos de la mujer, a las distintas opciones sexuales.
El nuevo proyecto de socialismo propugna por la igualdad, pero cuidándonos de que ésta no se contraponga al respeto a la diversidad. Incorporamos la idea de equidad, para enfatizar que se trata de igual condición a seres humanos, que son claramente distintos.
En ese otro mundo necesario, enfatizamos el principio de la libertad, pero con un contenido emancipatorio del ser humano, de liberación de las ataduras, dependencias, sujeciones, tanto sociales, económicas como políticas y culturales. No se trata de la mera proclamación de las libertades políticas, sino de crear las condiciones materiales y reales para ejercerlas a través del acceso a una vida plena.
Como dice el filosofo Sánchez Vázquez, la libertad y la justicia social deben estar indisolublemente unidas “pues, como demuestra la experiencia histórica, la exclusión de uno lleva a la ruina del otro. En verdad, no puede haber verdadera libertad en condiciones de desigualdad e injusticia social, como tampoco puede haber justicia social cuando se niega la libertad y la democracia”[3].
Debemos mirar con recelo la proclamación retórica del cambio social y de la lucha contra el poderío imperial, cabalgando sobre el irrespeto a la libertad, la democracia, y el Estado de Derecho. Así como hay que rechazar la propuesta de una sociedad emancipada, que no incluye una real y efectiva equidad de género y el respeto a la diversidad étnica, cultural y sexual.
2. Perseverar en el ideal de una nueva democracia.
Para el capitalismo, la democracia se reduce a ejercicios electorales periódicos y al funcionamiento formal de las instituciones. Si nos fijamos con detenimiento, constataremos que en esta sociedad el poder político se separó, desde hace mucho tiempo, de su única fuente de legitimación, el pueblo. El kratos, en la democracia liberal y burguesa, se separó definitivamente y para siempre, del demos.
Aún así, con demasiada frecuencia, prefieren la negación total de su democracia restringida, optando sin vacilaciones por la dictadura, cuando la democracia limita los intereses hegemónicos del capital y el libre mercado. Escuchen esta perla de los ideólogos del capitalismo en palabras de Robert Barro[4]:
“El efecto neto de una mayor libertad política sobre el crecimiento es teóricamente ambiguo. El análisis cuantitativo indica que el efecto global es ligeramente negativo pero no es estadísticamente distinto de cero. Parece que existe cierta relación no lineal que establece que un mayor grado de democracia aumenta el crecimiento cuando las libertades políticas son escasas, pero reduce el crecimiento cuando alcanza cierto grado de libertad.
Lo que subyace en esta relación es que las limitaciones al poder del legislador son un tema crucial cuando se trata de una dictadura absoluta; por lo tanto, en esta región un mayor grado de democracia afecta positivamente al crecimiento pero cuando la libertad política supera cierto nivel – que correspondería básicamente al análisis empírico de la situación de México o Taiwán en 1994 – mayores derechos democráticos crean una fuerte presión a favor de programas sociales de redistribución de la riqueza. Estos programas disminuyen los incentivos a la inversión y al trabajo, por lo que perjudican al crecimiento.
Los regímenes autoritarios pueden en parte evitar estos efectos adversos de la democracia. Además, no hay nada que, en principio, impida que un Gobierno no democrático establezca libertades económicas y garantice los derechos de propiedad. Un dictador no tiene que realizar una planificación centralizada de la economía. Entre los ejemplos recientes de autocracias que han aumentado las libertades económicas podemos citar el gobierno de Pinochet en Chile, la administración de Fujimori, en el Perú y, en menor grado, el gobierno del Shah en Irán, así como algunos regímenes pasados y actuales del Este Asiático.”
Por su parte, el socialismo real, con la bandera de la dictadura del proletariado, estableció un régimen burocrático que constreñía las libertades individuales, sustituyendo al pueblo por la burocracia partidaria, con todas las consecuencias conocidas. Pero, también es cierto, que la democracia liberal actual no puede garantizar jamás la igualdad, justicia y equidad.
El socialismo, que encarna nuestro proyecto, de “otro mundo posible”, se dota de mecanismos que profundizan el poder en manos del pueblo, a través de la renovada democracia participativa y directa de los ciudadanos. La democracia participativa, en la nueva sociedad política, se fundamenta en la inclusión de las masas en la toma de decisiones. Inclusión que supone un proceso de información, de apropiación de derechos, de formación ciudadana, y cambios culturales, y que incluye además, la rendición de cuentas -por parte de los administradores de los recursos-, así como una eficaz lucha contra la corrupción.
Lo que sí queda claro es que el autoritarismo, el caudillismo, el verticalismo, la negación del rol protagónico de la gente, es una aberración que termina por favorecer intereses de minorías enquistadas en los poderes del Estado y en los partidos. Las luchas por consolidar la democracia incluyente, y la institucionalidad a favor de nuestros pueblos, deben ser parte de ese nuevo mundo a edificar.
3. Otro mundo con una ética centrada en la vida.
En la lucha por la transformación progresista de la humanidad, ha florecido la heroicidad y la mística. La entrega sin límites a la causa, propició principios como honestidad, solidaridad, y ejemplaridad. “El revolucionario no sólo debe serlo, sino parecerlo”, decía el dirigente sandinista Ricardo Morales Aviléz desde las ergástulas de la dictadura somocista, instando a predicar con el ejemplo.
Son ciertos los extremos a los que se llegó con la conocida tesis de que el fin justifica los medios, y en nombre de la revolución y el socialismo, algunos llegaron al crimen y hasta el genocidio. Consideramos indispensable relevar el factor ético, como un asunto de primera importancia en la lucha por la construcción de una nueva sociedad. Para nosotros, la justeza de los medios -principio ético- es indispensable en la legitimidad de los fines.
Desde el movimiento feminista –por ejemplo- se puso siempre de relieve esta dimensión, cuando se reclamó que no se puede construir justicia y libertad en las calles, y oprimir en la casa. Demandamos que no se podía aceptar como militante a alguien que practicase la violencia doméstica.
Como dice Francois Houtart, “la lucha contra el neoliberalismo es el imperativo moral más importante. Se trata del nivel ético que tiene que orientar todos los otros y que constituye la base de cualquier izquierda”[5]. Sin embargo, a propósito de los cuestionamientos éticos que se hacen a Daniel Ortega, recientemente Houtart afirmó: “nunca he menospreciado la importancia de la ética, especialmente en política. Afirmé, sin embargo, que no podemos esperar que los cambios y las revoluciones sean hechos por ángeles. Esperaríamos hasta el fin del mundo”[6].
Este último tipo de consideración, nos han llevado en ocasiones a extremos inaceptables. Durante muchos años Stalin fue considerado un héroe revolucionario, pero ahora nadie duda de sus actos represivos y criminales, aunque los hizo en nombre del socialismo. Otro ejemplo, durante muchos años el PRI de México fue la contraparte de las organizaciones de izquierda en Latinoamérica. Su política exterior, bastante independiente de los Estados Unidos, llegó hasta considerarse progresista. Pero nadie duda que Salinas de Gortari y otros líderes de ese partido sean delincuentes de saco y corbata, y para nada progresistas o revolucionarios; aunque a Salinas de Gortari y sus políticas, un líder de la revolución sandinista hasta llegó a escribirle un libro apologético.
Nos preguntamos, ¿puede justificarse cualquier conducta moral, en nombre de la lucha contra el neoliberalismo o con el pregonado propósito de construir una sociedad más justa? ¿Puede una fuerza, o un militante de izquierda, asesinar, violar, agredir y aplastar a otras personas, constituir un liderazgo caudillista, convertir un partido en propiedad personal, y legitimarlo todo en nombre de la lucha contra el neoliberalismo?
Una vez Franklin D. Roosevelt, Presidente de los Estados Unidos, dijo que estaba consciente de que el dictador Anastasio Somoza era un hijo de puta, agregando: “pero es nuestro hijo de puta.” Pareciera que este criterio también opera entre algunos a la hora de medir a los dirigentes y sus allegados. No importan sus conductas, si son nuestros hijos de puta. Enfatizo con fuerza este tema, a la luz de nuestro propio debate en Nicaragua, porque puede ser de alguna utilidad para ustedes. Ricardo Coronel Kautz, dirigente del FSLN afirma que:
“… La política, no es más que el juego de la demagogia, la manipulación, el manoseo, el engaño, la venta de ilusiones, la trampa, el jueguito, la compra y venta de voluntades, el chantaje, el cinismo, las coimas, los pactos prebendarios, el nepotismo, la llamada corrupción, el abuso de la palabra y tráfico de influencias, la media mentira y media verdad, y todo lo demás. Y es que así es, no puede ser de otra manera, es algo consustancial e inextricable del sistema, es el juego del sistema, es el sistema.”
El FSLN, acepta Coronel Kautz, “ha tenido que aprender ese juego. . . Y ahora se molestan de que lo juegue mejor que sus maestros”. Y agrega: “Para el Frente ese aprendizaje es un riesgo grave porque ha aprendido algo fuera de su esencia, que logra resultados tácticos indispensables y que lo puede desfigurar permanentemente, pero que es necesario para sobrevivir. En otras palabras, si no lo hace, desaparece. De tal manera que en este juego, como en todos, también el fin justifica los medios” [7].
Para nosotros, la dimensión ética debe armonizarse con la lucha política en forma concreta, y la conducta personal de los dirigentes y militantes de un colectivo partidario o social, no puede ser un asunto secundario en la lucha. Y si tenemos dudas, ya que estamos en Octubre, a 40 años de su muerte en combate, preguntémoslo al Che.
4. Una nueva cultura política y Estado Laico.
Todos sabemos que el abandono de la teoría y la ética, ha permitido que se reproduzcan en nuestras fuerzas, los rasgos de la cultura política predominante, sus comportamientos y sus lógicas. Hemos sido presas de lo que mi compatriota Andrés Pérez Baltodano[8] llama, “el providencialismo y la cultura política pragmática resignada” y, y yo agrego, del electorerismo.
El providencialismo es absolutamente reaccionario, y mientras forme parte del imaginario de la gente, no es posible pensar en un verdadero proyecto emancipador. Porque el providencialismo parte de la convicción de que un ser supremo, ajeno a la gente, es quien determina el rumbo de las cosas. Mientras la mayoría del pueblo piense que sus condiciones, no son resultado de la acción concreta de los hombres –y de los sistemas por él construidos-, sino de un ser invisible y superior, no es posible que apueste a su transformación. La primera emancipación que requerimos, es la de la cultura providencialista, porque el providencialismo produce resignación y sumisión.
El pragmatismo resignado, “constituye la derivación política de la cosmovisión providencialista”, y se expresa, por ejemplo, en la conducta de dirigentes de izquierda -aunque desde luego nadie lo confiesa – que han terminado aceptando que no hay posibilidad de enfrentar con éxito, y superar al sistema actual, tenida cuenta de su aplastante superioridad material, económica y militar, y por lo tanto, lo único que podemos hacer es adaptarnos con cierta “dignidad”. “Atemperarse” a la situación. Muy simple. Procurar reformarla.
Para algunos, el FMI es esa nueva providencia a la que no se puede cuestionar. Podemos hacer planes contra el hambre, “pero los debe aprobar el FMI”. Debemos imprimir mayor sensibilidad social a la economía -se proclama-, pero sin querer, por lo menos, imaginarse una sociedad fuera de la providencia de la economía de mercado. La cultura política pragmática resignada y el providencialismo, se expresan con nitidez también en las relaciones con la iglesia; en el retroceso, de hecho, hacia un Estado confesional. En Nicaragua, por ejemplo, desde la Revolución Liberal a finales del siglo XIX, nuestro Estado se ha proclamado Laico. La Revolución Sandinista lo reafirmó en la Constitución, pero ahora con el gobierno de Ortega, hemos retrocedido hasta llegar a subordinar al Estado a los mandatos del Vaticano, en sus expresiones más reaccionarias.
La influencia de las iglesias, en particular de la alta jerarquía Católica, en las decisiones de políticas públicas, ha sido legitimado por la cúpula del FSLN. Hay que decir, con tristeza, que la actual conducción sandinista, en la práctica está convirtiendo al FSLN en un partido confesional. Todas sus actividades partidarias de alguna relevancia, están precedidas por los oficios y la bendición del máximo jerarca de la iglesia. El caso más patético y vergonzoso, es el del aborto terapéutico, que existía en Nicaragua desde el siglo XIX, y que fue eliminado de la legislación nacional por decisión directa y pública del Presidente Ortega y su esposa. Todo como humillante ofrenda a su política de contubernio con la jerarquía católica.
Este visión pragmática resignada propició que en nuestros países centroamericanos, salvo el honroso caso de Costa Rica, el reinado del consenso de Washington y sus políticas de libre mercado, se haya instalado, sin ninguna resistencia en las calles y en los parlamentos, a pesar del incremento de la presencia en espacios de poder, por las fuerzas de izquierda -tal como ocurrió en los últimos dieciséis años en países como Nicaragua-.
El electorerismo, por su parte, es la tendencia de las fuerzas políticas a destinar todos los esfuerzos exclusivamente en la lucha por los votos. Sería insensato desestimar los logros y potencialidades que significan las victorias electorales, de signo de izquierda, en Latinoamérica. Estas victorias abren las posibilidades de empujar una real unidad latinoamericana, para enfrentar en mejores condiciones, la dominación imperial. Estas victorias, deberían potenciar la construcción de una hegemonía popular, sobre la base de la conciencia crítica de masas, las transformaciones estructurales en la esfera de la economía, y modificar en nuestro favor, las relaciones con el capital, su mercado y sus instituciones internacionales.
Pero, igualmente sería insensato, centrar toda la energía de la acción revolucionaria sólo en ganar elecciones, y hacerlo al costo que sea. Deformación pragmática ésta, que ha debilitado a las izquierdas como proyectos alternativos en varios países, hasta el punto que: “… más que un viraje del hemisferio hacia la izquierda, estamos viviendo un trabajoso, contradictorio y resignado desplazamiento de la izquierda hacia el centro” [9]-en la opinión de Sanguinetti-.
IV. Elementos para la construcción de Estrategias de Cambio
Tomando como referencia nuestra modesta experiencia, queremos subrayar algunos de los elementos que consideramos vital retomar en una estrategia de lucha.
1. Enfrentar el proceso desideologización y reconstruir la teoría social para el cambio.
Desde el fetichismo de la mercancía en la producción, hasta lo más sofisticado de la hegemonía cultural, el sistema se dota de una inmensa maquinaria ideológica, actuando a través de todos los medios posibles, para domesticar nuestras conciencias.
La construcción de ese otro mundo, reclama de un pensamiento político –no necesariamente de un sistema acabado de ideas- que sintetice para las presentes generaciones, las aspiraciones de la izquierda hoy. Un cuerpo básico de ideas, coherentes y articuladas, que permitan desentrañar y explicar la realidad que nos acosa -con sus dramáticas cifras y funestas consecuencias- en términos económicos y sociales. Pero tan importante como desarrollar la capacidad de explicar la realidad, (no podemos convencer si no somos capaces de explicar), necesitamos sobre todo, una actitud practica de compromiso que entusiasme nuevamente a las masas, que inspire confianza y fortalezca el espíritu de lucha contra el sistema.
Una de las ideas que nos han vendido, es que ya no hay ideologías. Que el marxismo ha sido desechado por el fracaso del socialismo real. Suprimir el estudio del marxismo, por sus aplicaciones dogmáticas del pasado, ha llevado a muchos a abrazar, de manera encubierta, la ideología neoliberal y sus dogmas vivientes. Necesitamos regresar a la ortodoxia, a la ortodoxia del método desarrollado por Marx. Apropiarnos, como decía él, “del más grande misil disparado hasta ahora contra la cabeza de la burguesía”. Ello será de gran utilidad para identificar los nuevos sujetos del cambio, el desarrollo de los mismos y la actualización del pensamiento transformador.
No estamos hablando de construir guettos ideológicos. El espíritu critico y la actualización renovada de nuestros presupuestos teóricos debería, además, estar acompañada de una táctica política flexible, promotora del consenso y de la incorporación a la lucha, y de las más diversas expresiones de rebeldía posibles. Reitero: No existe un único camino en la lucha por el socialismo del siglo XXI en América Latina; pretenderlo sería regresar al determinismo, al mecanicismo y al dogmatismo, que hemos creído superar.
2. Reconocimiento y articulación de nuevos sujetos del cambio
En el pasado, la lucha por el socialismo descansaba en el proletariado, conducido por su vanguardia: los partidos comunistas o las organizaciones revolucionarias. La relación con las organizaciones sociales existentes, en especial los sindicatos, era de conducción. La vanguardia era la intérprete de los intereses de la clase social llamada a la emancipación de la sociedad en su conjunto. Ya en el poder, los partidos llegaron a confiscar totalmente la representación de los sectores, y a fusionarse en la estructura estatal, tal y como lo conocimos en el socialismo real.
Lo que vemos actualmente es que los partidos y los sindicatos tradicionales, se debilitan y sufren cuestionamientos de los ciudadanos. Mientras, nuevas practicas y nuevas formas de acción política, emergen con una gran diversidad de nuevos sujetos económicos, políticos, sociales y culturales. Alterándose, de una manera que parece irreversible, la realidad sociológica del mundo contemporáneo, con la consecuente pérdida del monopolio de los viejos sujetos, y las formas tradicionales de la acción política.
Desde los partidos, con frecuencia se piensa que para representar los intereses sociales, basta con incorporar a líderes sociales en cargos en el gobierno, curules en los parlamentos, o en las municipalidades. Esta ubicación de los principales dirigentes sociales en responsabilidades institucionales, o en los parlamentos, opera con mucha frecuencia como mecanismo de cooptación por el sistema, y ejerce su influencia en la mediatización de sus luchas.
La autonomía y real representación de los nuevos sujetos y movimientos sociales, es primordial. Aún en el caso de que partidos y coaliciones de izquierda ganen elecciones, y tomen la dirección gubernamental de un país, pues en las condiciones actuales, no son garantían de cambios reales. Aún más, los verdaderos y perdurables cambios, son siempre resultado de una construcción desde abajo, que incluye la participación activa y consciente del pueblo.
3. Reformas sí, pero con un horizonte de cambio revolucionario.
Uno de los grandes avances del presente siglo, es que estamos discutiendo, a nivel planetario, sobre alternativas al sistema de acumulación capitalista mundial, y su economía de mercado. Ya no se acepta que los únicos cambios, desde una perspectiva “pragmática, responsable y realista”, sólo deban restringirse al ámbito de la distribución, de políticas impositivas que graven los grandes capitales y en el fortalecimiento de políticas sociales, amortiguadoras de los impactos del modelo, etc.
En la disección de los problemas de la economía hay miles de voces, de intelectuales, de luchadores sociales, de líderes políticos, que han comenzado a poner los pies sobre la tierra. No hay posibilidad de conseguir la superación de la exclusión social y la pobreza, si no se cambia la economía capitalista por una distinta, que hasta ahora seguimos llamando socialista.
El punto de tensión actual estriba en las posibilidades reales y materiales de un cambio radical del sistema. Si llegamos a la conclusión de que ahora no podemos hacer otra nueva revolución, a la manera y con los métodos la década de los sesenta o setenta -aunque los niveles de inequidad, de injusticia, de escandalosas diferencias lo sugieran-, entonces, ¿que hacer?
No podemos quedarnos en la crítica, la indiferencia y el inmovilismo. Hay que proponerse con urgencia maximizar las contradicciones del sistema, presionando con la movilización de las victimas y afectados del sistema por conquistas parciales o reformas económicas, políticas y sociales, que se opongan a la ausencia de justicia social, democracia y libertad, teniendo como perspectiva en el horizonte, la transformación revolucionaria.
Estas transformaciones a perseguirse desde el interior del sistema por el procedimiento del acoso, la insubordinación y la lucha, reclaman la definición clara de una agenda articuladora de los múltiples actos de resistencia, desde la dimensión nacional a la global. Elaborar esa agenda es, sin duda, parte del proyecto colectivo a ser realizadas desde el poder, o desde la oposición, y en todo caso desde las calles y con la gente de los nuevos sujetos de cambio.
¿Contamos ya con una nueva y acabada propuesta económica alternativa al capitalismo renovado? Algunos especialistas piensan que sí. Que los avances del desarrollo científico, que la digitalización de los procesos económicos, que los progresos de la informática y la cibernética, han creado las condiciones para una gestión de la economía que ya no dependa del precio, ni de la oferta y la demanda en el mercado. Que ahora es posible una economía que base el intercambio en los principios de equivalencia, del cálculo del tiempo necesario para producir bienes y servicios. Que así se puede organizar el intercambio sobre bases justas, superando la arbitrariedad del mercado.
Según esta nueva propuesta, “el salario equivale directa y absolutamente al tiempo laborado. Los precios equivalen a los valores, y no contienen otra cosa que sea la absoluta equivalencia del trabajo incorporado en los bienes. De esta manera se cierra el circuito de la economía en valores, en lugar de precios. Se acabó la explotación de los hombre por sus prójimos” [10]. Son discusiones todavía muy complejas, que no todos entendemos, pero sin duda, alentadoras.
Mientras tanto, el Che, que dedicó tanto tiempo a los asuntos económicos, nunca perdió de perspectiva que no sería la informática y sus modelos posibles quienes resolverían el dilema de la humanidad. El Che, recordando la trascendencia de los aportes económicos de Marx decía: "el peso de este monumento de la inteligencia humana es tal que nos ha hecho olvidar frecuentemente el carácter humanista (en el mejor sentido de la palabra) de sus inquietudes. La mecánica de las relaciones de producción y su consecuencia; la lucha de clases oculta en cierta medida el hecho objetivo de que son los hombres los que se mueven en el ambiente histórico". En pocas palabras, dice el Che, no hay dudas, somos nosotros quienes tenemos el desafío de cambiar las cosas.
Quiero terminar y decir llena de optimismo: No hay duda que soplan vientos alentadores por todas partes. En nuestra América Latina, la Revolución cubana nos ha enseñado que no es cierto que el imperialismo sea invencible. No han podido, y quizás jamás podrán, con el pueblo cubano y su revolución. Desde Venezuela y su revolución Bolivariana, se levantan nuevos desafíos y esperanzas. El ALBA es, sin duda, su mayor promesa y compromiso con los pueblos de nuestra América. Con optimismo debemos asumir que, desde hace un buen rato, hemos salido de la postración y las lamentaciones, y que de nuevo se puso en agenda, la actualidad de la transformación progresista y anti-capitalista de la sociedad. Es decir, la actualidad de la revolución.

[1] Petras, Vasapollo, Veltmeyer, Casadio. ¿Globalización, imperio o imperialismo? Un debate contemporáneo”. Editorial Ciencias Sociales, La Habana. 2004.
[2] A., Hayek. Las Causas de la Constante Amenaza a la Libertad.
[3] Sánchez Vázquez, Adolfo. Presentación de su libro Ética y Política. La Jornada, México. 15 Agosto, 2007.
[4] Barro, Robert. El Poder del Razonamiento Económico. [5] Houtart, Francois. ¿Existe una Izquierda en Nicaragua? La Jornada de México. Octubre 26, 2006. [6] Houtart, Francois. MRS ¿derecha post-moderna? Artículo de Opinión, El Nuevo Diario. 24 de Julio, 2007. [7] Coronel Kautz, Ricardo. Política y Ética en Nicaragua. Artículo de Opinión, El Nuevo Diario. 25 de Septiembre, 2005. [8] Pérez Baltodano, Andrés. Entre el Estado Conquistador y el Estado Nación. Octubre, 2003. [9] Artículo de opinión, El tiempo de Bogotá. Marzo, 2006. [10] Arno Peters. Fin del capitalismo global. El Nuevo Proyecto Histórico. Espiral Editora S.A. México 1999.Pág.56.


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lunes, junio 26, 2006

Una Nueva Opción de Izquierda en Nicaragua



Por Mónica Baltodano

EL 5 de noviembre habrá elecciones generales en Nicaragua. El Frente Sandinista presenta nuevamente a Daniel Ortega como candidato presidencial, y muchos luchadores latinoamericanos piensan de buena fe que Daniel Ortega y el FSLN siguen siendo los únicos referentes de la izquierda en Nicaragua y por tanto, le endosan todo su respaldo, ignorando las dramáticas mutaciones político-ideológicas experimentadas por el FSLN y por Daniel Ortega en los últimos años.

El FSLN, una formidable organización revolucionaria, es hoy víctima del secuestro y control férreo de Daniel Ortega y de un pequeño grupo de dirigentes sandinistas, convertidos en empresarios a partir de las propiedades de las que se adueñaron con el reparto de bienes del Estado realizado tras la derrota electoral del FSLN en 1990. Este grupo dominante no sólo se apropió de bienes y de capital, también se apropió de las estructuras de dirección del FSLN, centrando sus objetivos en el control de espacios de poder, en el fortalecimiento de sus intereses económicos y en las apuestas electorales, con una visión prebendaria de la política.

Esta transmutación no se produjo de la noche a la mañana. Ha sido un proceso largo y continuo que aconteció no sin resistencias al interior del sandinismo, provocando en él serias fracturas. Hasta hoy, sectores de la militancia de base continúan soñando con que el FSLN pueda reivindicarse como una fuerza de transformación comprometida con los excluidos.

El proceso de transmutación del FSLN y de Daniel Ortega

La derrota electoral del FSLN en 1990 coincidió con un proceso de reflujo de las ideas y de los procesos revolucionarios en todo el mundo. En ese contexto, aquella derrota fue asumida por los dirigentes y militantes sandinistas con variados niveles de comprensión. A riesgo de simplificarlos, diríamos que para unos significó el aniquilamiento de las posibilidades de construir una sociedad más justa y el fin de la utopía. A partir de esa perspectiva, iniciaron un recorrido de "ajustes a la realidad", camino que desembocó para algunos en claudicación. Para otros, la derrota fue un revés en el camino de la lucha que, aunque estratégico, no significó el cierre de las esperanzas, el fin de la utopía o un punto final a las luchas por la construcción del otro mundo posible, ése que algunos seguimos llamando socialista.

Después de la derrota del 90, la mayor parte del sandinismo se propuso resistir el proceso de restauración del régimen oligárquico. Sin embargo, esta voluntad no fue expresada ni en un programa ni en una estrategia ni siquiera en tácticas a seguir. El enfrentamiento de las complejas coyunturas de aquellos años impuso la lógica de priorizar las tareas inmediatas, postergando la urgente tarea de crear una nueva visión estratégica. Al pasar los años, los objetivos inicialmente proclamados fueron diluyéndose en la práctica y, como ha escrito recientemente Humberto Ortega, del "radicalismo" pasamos al "realismo político". Las luchas en defensa de la propiedad -las tierras y las fábricas entregadas apresuradamente a campesinos, trabajadores y cooperativistas- adquirieron relevancia. Sin embargo, y lamentablemente, esas luchas sirvieron para encubrir la apropiación indebida de medios y bienes que hicieron algunos dirigentes sandinistas para su beneficio personal. Esta "piñata" debilitó la indiscutida fuerza moral y ética que hasta entonces tenía el sandinismo. Con la derrota electoral se diluyó también la conducción colectiva. Y Daniel Ortega -quien se mantuvo a la cabeza del partido- fue convirtiéndose en el principal y casi único representante del FSLN y en el negociador de todas las luchas sociales.

Por su parte, el movimiento social -que no estaba en capacidad de representarse a sí mismo, acostumbrado a depender de la dirección de "la vanguardia", carente de autonomía y personalidad política propia-, terminó siendo mediatizado por los intereses políticos del núcleo danielista, ya penetrados por los intereses económicos del emergente "grupo económico sandinista". Las organizaciones populares, que al inicio hicieron esfuerzos de resistencia al proceso de contrarrevolución e implantación del neoliberalismo en el país, terminaron muy pronto sometidas a los imperativos políticos impuestos por la dirección del FSLN. Así, las luchas de carácter popular pasaron a ser controladas por intereses políticos y no fueron el resultado de la dinámica propia de los sectores sociales. En las luchas se incluyeron demostraciones artificiales de fuerza, que pasaban rápidamente a la confrontación con métodos violentos, lo que anulaba las posibilidades de masificar y legitimar la resistencia popular al neoliberalismo. Cada una de estas confrontaciones violentas concluía con las negociaciones directas de Ortega con el gobierno de Violeta Chamorro, sustituyéndose así la legitimidad de la lucha y el liderazgo de sus dirigentes populares por el liderazgo de Ortega y la priorización de sus particulares intereses. Esta dinámica duró varios años. 1997 marca el punto de agotamiento de las luchas populares: una y otra vez instrumentalizadas desde arriba, se evidenciaron ineficaces para lograr algún resultado significativo para los intereses de la gente.

Pactos, componendas y reparto de puestos de poder

En el Congreso Sandinista de 1998, y en un contexto estremecido por las acusaciones de violación sexual interpuestas por su hijastra Zoilamérica, Daniel Ortega selló su viraje hacia la derecha dando todo su respaldo a la corriente del FSLN denominada "Bloque de Empresarios Sandinistas" e incrementando sustantivamente las cuotas de poder que ya tenían al interior del FSLN.

En su alocución de cierre de aquel Congreso, Ortega, de manera unilateral e inconsulta, anunció su decisión de deponer la lucha popular para emprender el camino de la transacción y los pactos, camino que ya había iniciado en 1997 negociando con Arnoldo Alemán -recién llegado al gobierno- la Ley de la Propiedad Reformada, Urbana y Rural. A partir de ese año se inicia un proceso de transacción con este corrupto gobernante y con su Partido Liberal Constitucionalista (PLC). El proceso concluyó con un pacto entre las cúpulas políticas del FSLN y del PLC, que desembocó en una nueva y antidemocrática Ley Electoral y en Reformas a la Constitución para aumentar los altos cargos del Estado, repartidos por Alemán y Ortega entre sus allegados. A partir de entonces se hicieron evidentes las contradicciones que con la corriente pactista encabezada por Ortega tenían varios diputados sandinistas en el Parlamento. Víctor Hugo Tinoco y yo misma cuestionamos firmemente el pacto, pero mientras avanzaba en componendas prebendarías con Alemán y la derecha, Ortega aplicó la represión interna, las purgas al estilo estalinista y todo tipo de maniobras para aniquilar cualquier expresión crítica en el seno del FSLN.

A nuestro juicio, lo más grave del pacto FSLN-PLC fue el compromiso asumido por Ortega de desmovilizar las fuerzas sociales y neutralizar cualquier lucha popular. Con el pacto, se terminaron todas las resistencias a las privatizaciones, a las políticas del Fondo Monetario y del Banco Mundial y a las diversas expresiones de los planes de ajuste estructural. El pacto se expresó también, aunque calladamente, en numerosas negociaciones subterráneas en torno a la propiedad. Con ellas se incrementó el capital del emergente grupo económico sandinista, integrado también por ex-dirigentes obreros y campesinos, que ya para entonces usufructuaban propiedades negociadas en los Acuerdos de Concertación con el gobierno de Violeta Chamorro y ahora repartidas en el pacto con Alemán. Estas oscuras negociaciones permitieron también, sin ninguna denuncia u oposición del FSLN, que Arnoldo Alemán desplegara la corrupción más galopante nunca antes vista en Nicaragua. Así creció el nuevo grupo económico emergente liderado por Alemán, el nuevo socio de Daniel Ortega. Con la exclusión y el aislamiento de líderes históricos del sandinismo, y con la supresión de la conducción colectiva, las bases sandinistas, desprovistas de información adecuada, de educación política y no entrenadas en el debate, huérfanas del instrumental ideológico para enfrentar las nuevas condiciones nacionales, terminaron asumiendo como único liderazgo el del Secretario General del FSLN, Daniel Ortega. Están ahí las causas más inmediatas del caudillismo que hoy él ostenta. La lógica de la democracia liberal provocó también una aguda lucha al interior del FSLN en el afán de ser designados para ocupar los cargos institucionales mejor remunerados y con más privilegios. Nombrar a los principales dirigentes de las organizaciones populares en cargos institucionales se convirtió también en un mecanismo para cooptarlos.

El gobierno pro-yanqui de Enrique Bolaños

Este proceso, iniciado durante el gobierno de Violeta Chamorro, agudizado por el pacto con el PLC durante el gobierno de Alemán, encontró al FSLN en 2001, cuando llega al gobierno Enrique Bolaños, en estado de descomposición…

Aunque ganó las elecciones dentro del PLC -el partido de Alemán-, Bolaños se enfrentó inmediatamente a Alemán acusándolo por corrupción. Daniel Ortega aprovechó la situación de inestabilidad que esta decisión creó, y en vez de asumir a fondo la lucha contra la corrupción, encarnada en Alemán, escogió el camino de "jugar a tres bandas": pactar con Bolaños o con Alemán según conviniera a sus intereses.

Todo esto explica por qué, a pesar de las grandes presiones de las bases sandinistas, y de la población en general, las posiciones de la dirección del FSLN ante la corrupción de Alemán y de su gobierno fueron prácticamente inexistentes. No fue hasta que Ortega logró pactar con Bolaños el control del Parlamento y otras prebendas, que el "danielismo" -hay que llamarlo así, y no sandinismo- dio sus votos para suspenderle la inmunidad a Alemán. No fue hasta entonces que Ortega dio la orden a una jueza sandinista para que dictara contra Alemán una sentencia condenatoria.

La permanente intromisión del gobierno de Estados Unidos en el escenario político de Nicaragua, su odio visceral contra el sandinismo y la actitud sumisa ante el gobierno Bush del Presidente Bolaños fracturaron el precario equilibrio del pacto Ortega-Bolaños y favorecieron, con nuevos bríos, el "repacto" Ortega- Alemán (para entonces, ya condenado a 20 años de "prisión", que cumple en su cómoda hacienda personal). Hasta esa prisión-hacienda llegaron innumerables veces Daniel y sus allegados a reunirse con Alemán, y en la borrachera de su maridaje ambos firmaron nuevos "acuerdos estratégicos" (¡con un reo condenado a 20 años por robo descarado del erario público!). En enero de 2004, una de esas reuniones quedó plasmada, como prueba imborrable del contubernio, en una ignominiosa fotografía que es hoy icono de la traición a los ideales del sandinismo.

Los compromisos entre Alemán y Ortega van hoy mas allá de lo que aflora a luz pública: el reparto de todos los puestos públicos importantes, el reparto de sentencias judiciales -una para vos, otra para mí-, el reparto de fondos desde la Asamblea Nacional -uno para vos, otro para mí-, el reparto de leyes, el reparto de jueces y magistraturas Además, esta repartidera la realizan con un descarado despliegue de poder inmune e impune, como una forma de sembrar el temor generalizado. Hoy, las decisiones de todas las instituciones del Estado en Nicaragua penden de manera directa de la voluntad de Alemán o de Ortega. Ambos caudillos imponen su voluntad al margen de la justicia y de las leyes. La percepción compartida de la mayoría de los nicaragüenses es que estamos en manos de dos grupos mafiosos.

A esta trágica situación hay que sumar que muchos de los actuales dirigentes del FSLN se han "convertido" a grupos religiosos fundamentalistas y supersticiosos, haciendo de la militancia política y de la magia religiosa una confusa mezcla, en la que los delitos se transmutan en pecados y el "amor" se ha vuelto la bandera política del FSLN. Esto ha coincidido, no de manera casual, con otro pacto, el amarrado entre el Cardenal Miguel Obando -enemigo frontal de la revolución sandinista y de la iglesia popular durante los años 80- y la familia Ortega-Murillo (esposa de Ortega y lideresa de la nueva "espiritualidad"), tras favores de Ortega a Obando, aprovechando los espacios del FSLN en el Poder Judicial y el Poder Electoral, hoy presidido por un protegido de Obando, gracias al respaldo de Ortega.

El viraje del Cardenal comenzó cuando se hizo claro que las raíces de la corrupción del gobierno Alemán tocaban también a la jerarquía católica y a instituciones ligadas a ella. Entre los privilegios gozados al amparo de la corrupción, el más conocido fue la introducción al país, libre de impuestos, de centenares de vehículos de lujo para allegados del Cardenal, a través de COPROSA, su ONG.

El empobrecimiento de la mayoría

Durante estos años el neoliberalismo ha logrado desmontar casi todas las transformaciones sociales que hizo la revolución en los años 80 y ha instalado un capitalismo voraz e inhumano. Se han privatizado los servicios públicos, se ha entregado nuestra economía a capitales transnacionales, se ha cedido el territorio nacional en concesiones mineras y forestales, se impulsa la privatización de la salud y de la educación. Florecen lujosos comercios, gasolineras, casinos, y para la gran mayoría del pueblo no queda otro camino que los mal pagados empleos de las maquilas, la emigración a Costa Rica y a Estados Unidos o la sobrevivencia en la más absoluta pobreza y falta de oportunidades.

Los líderes oficiales del FSLN no han hecho nada para enfrentar el despojo hecho al pueblo de los logros revolucionarios y la cancelación de sus esperanzas en un futuro digno. Peor: también ellos han participado en ese despojo a través de las instituciones estatales que controlan y de las empresas que manejan. Sólo les queda la retórica revolucionaria, y la única "oposición" que practican se orienta a controlar más puestos de poder.

La construcción de una nueva alternativa desde el sandinismo

A principios del año 2005 un numeroso grupo de sandinistas inició un movimiento político para postular al entonces saliente alcalde de Managua, el sandinista Herty Lewites como candidato presidencial del FSLN. Correspondía resolver la aspiración de Lewites en elecciones primarias internas, según lo establecen los Estatutos del FSLN. Sin embargo, la respuesta de la dirigencia oficial fue la eliminación de las primarias y la proclamación ilegal y arbitraria de Daniel Ortega como candidato presidencial del FSLN, por quinta vez y tras tres derrotas consecutivas.

La supresión de las primarias presidenciales fue acompañada de la expulsión del FSLN, sin que mediara ningún procedimiento legal, de Lewites y de Victor Hugo Tinoco. Toda suerte de descalificaciones fueron lanzadas contra Lewites y quienes le apoyaban: "agentes del imperialismo", "agentes de la derecha", "enemigos de los intereses populares". Descalificaciones inconsistentes, pues Lewites había sido siempre una de las personas de más confianza del propio Daniel hasta que osó desafiarle en su candidatura presidencial. Tinoco había sido Vicecanciller del gobierno sandinista y era miembro de la Dirección Nacional del FSLN, aunque desde el comienzo se opuso al pacto con Alemán.

Estos actos autoritarios y arbitrarios concitaron un repudio generalizado del sandinismo y contribuyeron a ir aglutinando en torno a Lewites a sandinistas que durante estos años fueron marginados por Ortega: Comandantes de la Revolución como Victor Tirado, Henry Ruiz y Luis Carrión, intelectuales como la escritora Gioconda Belli, el poeta Ernesto Cardenal y el cantautor Carlos Mejía Godoy, Comandantes Guerrilleros como Mónica Baltodano y Rene Vivas. Y a un sinnúmero de líderes y militantes de base, que finalmente organizaron el Movimiento Por el Rescate del Sandinismo (MPRS), una fuerza política dispuesta a rescatar los valores e ideales sandinistas y a apostar por un proyecto que transforme integralmente la situación de nuestro país.

Como objetivo de corto plazo, el MPRS decidió construir una alternativa electoral para noviembre de 2006. En agosto de 2005 nos aliamos con el Movimiento Renovador Sandinista, fundado en 1996 por el escritor Sergio Ramírez y la Comandante Dora Maria Téllez. En mayo, con el Partido Socialista Nicaragüense, el Partido de Acción Ciudadana y el Partido Verde Ecologista. Otras alianzas incluyen hoy a movimientos políticos y sociales no partidarios, como CREA (Cambio, Reflexión Ética y Acción) -que aglutina a miembros de la Juventud Sandinista y a combatientes de la defensa de la revolución en la década de los 80-, al Movimiento Autónomo de Mujeres y a asociaciones de víctimas de plaguicidas (Nemagón). Más recientemente, se sumó el Comandante Guerrillero Hugo Torres, General retirado del Ejercito Sandinista, reconocido por su participación en acciones heroicas en la lucha contra la dictadura somocista.

El escenario electoral de noviembre

A las elecciones de noviembre, la derecha concurre con dos fuerzas: el PLC de Arnoldo Alemán y una nueva agrupación liberal-conservadora, la ALN-PC, que trata de distanciarse de la corrupción y de los estilos mafiosos de Alemán y del PLC. La ALN-PC cuenta con el respaldo del gran capital nacional y especialmente, con el beneplácito del gobierno de Estados Unidos, que ha hecho y seguirá haciendo lo imposible por unir a ambos grupos.

El escenario electoral nicaragüense está este año muy lejos de la polarización de contiendas anteriores, donde los votantes tenían que decidir siempre entre sandinismo y antisandinismo, pero donde los sandinistas tenían una única representación: el FSLN y Daniel Ortega como candidato. Este año, la Alianza MRS es la nueva fuerza política de izquierda, que reclama un cambio profundo para Nicaragua y una refundación del sandinismo para poder responder a las transformaciones que requiere nuestro país.

La organización de esta nueva alternativa electoral sandinista fue urgida por miles de sandinistas opuestos al continuismo y a la corrupción de Daniel Ortega. Nos negamos a concurrir a las elecciones con una camisa de fuerza basada en la lógica de que no importa qué hagan los dirigentes, qué intereses favorezcan o cuán cuestionables sean sus conductas, porque al final los sandinistas tenemos que "cerrar filas" y votar por los candidatos que la cúpula "danielista" nos haya impuesto, porque de lo contrario "sos un traidor pro imperialista".

Ciertamente, el discurso de Ortega y sus acercamientos oportunistas a líderes de la izquierda latinoamericana buscan mostrarlo como un izquierdista radical. Lamentablemente, fuera de Nicaragua se desconoce la esquizofrenia del FSLN y de sus dirigentes: en la boca un discurso de izquierda y en la vida una práctica política corrupta y favorecedora del neoliberalismo y de los intereses de la derecha.

El programa y el discurso del candidato de la Alianza MRS, Herty Lewites, es un discurso moderado, no comprometido demagógicamente con cambios para los cuales no existe aún una correlación favorable en Nicaragua. Lewites se ha proclamado de centro izquierda y sin duda lo es, pero dentro de las fuerzas que lo acompañan hay mucha gente que ha luchado y sigue resistiendo resueltamente el modelo imperante con radicalidad. Hoy, la realidad nicaragüense reclama cambios institucionales y legales inmediatos y en este objetivo podemos encontrarnos distintos sectores, aún desde matices y diferencias ideológicas, sabiendo que después de las elecciones otras luchas están por hacerse.

Herty Lewites es un sandinista con larga trayectoria en el sandinismo y es un hombre que cuenta con respaldo y simpatía en amplios sectores del pueblo, más allá del sandinismo, por su capacidad para hacer cosas a favor de la gente. Es una opción de centro izquierda. Su candidatura presidencial ha abierto una oportunidad para superar el pactismo, la corrupción, el desprestigio de la clase política y el sometimiento de la nación a los intereses de Daniel Ortega y de Arnoldo Alemán. Después de 15 largos años de neoliberalismo y de corrupción, las fuerzas de izquierda y las fuerzas progresistas tenemos hoy la oportunidad de empezar a cambiar las cosas.

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jueves, abril 27, 2006

Luis Carrión detalla acciones de la «Alianza Herty 2006» para las próximas cuatro semanas

Prolongado silencio perjudicó a grupo de Lewites.
Alianza MRS da señales de vida.

Luis Carrión detalla acciones para las próximas cuatro semanas


Por Iván Olivares.
Confidencial.
Semanario de información y análisis político. Año 10. Edición nº 428. Del 23 al 29 de abril 2006.



Luis Carrión

La Alianza MRS parece estar saliendo de un período de hibernación que le llevó no sólo a casi desaparecer de las primeras planas de los periódicos y las ediciones estelares de los noticieros de radio y televisión, sino también a bajar puntos en las encuestas.

“Estábamos en un receso para organizar mejor a nuestro equipo y colocando las piezas en su lugar para lanzar la campaña”, dijo Luis Carrión, Jefe de Campaña de la alianza conformada alrededor de la figura de Herty Lewites, ex alcalde de Managua.

Durante ese tiempo, el grupo político se dio a la tarea de impulsar el tendido electoral, buscando y capacitando a quienes conformarán las estructuras de campo para impulsar la figura del candidato en el territorio y defender el voto durante los comicios.

La razón para tomarse un respiro del estresante ajetreo que significa un proceso electoral es que “Herty está en campaña desde enero del 2005, y las campañas largas desgastan”, admitió Carrión.

Más allá de las percepciones, la Alianza MRS ha estado ocupada solucionando los problemas causados por el abandono de Alternativa Cristiana, liderada por el diputado Orlando Tardencilla.

Luego de varias semanas de conversaciones y negociaciones, el grupo político pudo lograr acuerdos con el Partido de Acción Ciudadana, con lo que ya hay dos miembros con personería política dentro de la Alianza: MRS y PAC.

Suman a ello el apoyo oficial de un grupo de empresarios y ciudadanos que en su época fueron parte de la Juventud Sandinista, y ahora conforman un grupo denominado CREA, para dar su apoyo al ex ministro de Turismo de la época sandinista.

“Se trata de un grupo que rompió con el Frente Sandinista desde hace años, que participó de la alfabetización y la han rescatado, y está integrado por personas que representan la parte sana de la generación de los años 80”, detalló.

A ellos se suma un grupo de social cristianos organizados alrededor de Erick Ramírez; otro de jóvenes social demócratas y hasta la organización que aglutina a las víctimas del nemagón.

En campaña no hay “aliado pequeño”

Carrión rechaza que unirse a grupos tan pequeños sea señal de que Herty está quedándose solo, aunque sí admite que “ya no hay más partidos políticos” con los cuales poder aliarse.

Aunque electoralmente sea dudoso el aporte que puedan ofrecer las facciones socialcristianas y socialdemócratas, el jefe de campaña del ex edil capitalino no acepta que se trate de ‘amigos pequeños’, y defiende la decisión de aliarse con todos ellos por considerar que todos suman algo.

“Cada grupo apela a públicos distintos. Los del nemagón, por ejemplo, son un grupo con gran capacidad de lucha social y política, y para nosotros es simbólico porque evidencia nuestro compromiso con las causas sociales”, señaló.

Una vez cumplida ese período de acumulación de fuerzas en silencio (como llama la historiografía oficial sandinista a una de sus últimas etapas antes de iniciar la ofensiva final en junio de 1979), el grupo de Lewites se dará a la tarea de seleccionar a sus 222 candidatos.

El proceso comenzaría este mismo domingo, con el partido MRS escogiendo a sus candidatos, a la vez que la Alianza MRS elige a aquellos que presentará al electorado del departamento de Managua.

“La selección de candidatos consume energía, tiempo y esfuerzos, y es causa de tensiones en aquellos que no son seleccionados”, admitió el disidente sandinista.

Mientras tanto, oficializarán la alianza unos días antes de la fecha tope del 11 de mayo para inscribirla a tiempo, procurando evitar ‘sorpresas’ por parte del Consejo Supremo Electoral.

El 21 de mayo, una vez concluido el proceso total de selección de candidatos, “los presentaremos en un gran acto público”, lo que dará pie a iniciar la campaña electoral propiamente dicha, con visitas a los territorios y públicos ante los que apelarán pidiendo su voto.

A tres bandas es bueno para Lewites

Los cálculos políticos de la Alianza MRS indican que, aún si el capital logra cumplir su objetivo declarado de unir a las autodenominadas ‘fuerzas democráticas’, ellos seguirán en la liza, y quien se verá más afectado es el sandinismo orteguista.

“Un regreso de Eduardo Montealegre al PLC nos sumaría a nosotros una parte del voto independiente. ¿Cuánto?, no sabemos. De lo que sí tenemos certeza es de que en ese escenario no hay definición en primera vuelta y que sin lugar a dudas Herty gana sin problemas en segunda, sea que se enfrente a Daniel o a José Rizo”, dijo Luis Carrión, Jefe de Campaña de la Alianza MRS.

Aunque no objeta el derecho que tienen los grupos empresariales nicaragüenses de tratar de unir a los candidatos de su preferencia, Carrión rechaza lo que ya se vislumbra como una nueva polarización del próximo proceso electoral, lo que le parece “peligroso”, porque impide que la gente pueda decidir por otras opciones.

“Hay que romper el voto del miedo”, sentenció, recordando que, a la larga, “aunque al capital no le simpatice la izquierda, les conviene la existencia de Herty Lewites”, concluyó.


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viernes, abril 07, 2006

Explosivas declaraciones de Mónica Baltodano: “Trivelli: ¡Go home!”



Daniel Ortega pasó de “auténtico antiimperialista” a ser “un ofrecido” ante EUA, y “artífice del capitalismo más brutal”. “Cuando alguien te ve que has renunciado a una causa, una bandera, una revolución, nadie te cree. Ni siquiera tus peores enemigos”. “Nuestras autoridades disfrutan del injerencismo, y Montealegre, cuando fue canciller de Alemán, celebró con júbilo el pacto”

Edwin Sánchez | esanchez@elnuevodiario.com.ni


La ex guerrillera Mónica Baltodano recuperó para la Alianza Herty 2006 el grito de “¡Go Home!”, al aplicárselo con nombre y apellido al representante de George Bush en Nicaragua, al tiempo que acusó al comandante Daniel Ortega de haber aprobado “la quintaesencia del imperialismo de hoy”: el Cafta.

“Ahora tienen que gritar fuerte contra el imperialismo para tratar de ocultar, enmascarar lo que en la práctica han hecho”, acusó la disidente del FSLN, tras señalar al candidato presidencial de ese partido de ser “el gran artífice del tránsito pacífico de la revolución sandinista al capitalismo más brutal”.

Él, anotó, “anda de ofrecido ante Washington, el problema es que no lo aceptan”, dijo, en medio de acusaciones de connotados líderes rojinegros de que el movimiento presidido por Lewites es un aliado de los intereses estadounidense, sobre todo después de haberse reunido con la hoy docente Jeanne Kirkpatrick, una de las piezas claves de la Administración Reagan 1981-1988.

En las últimas semanas se ha incrementado una retórica áspera entre el comandante Daniel Ortega y el embajador Trivelli. ¿Cómo analizas esta situación? ¿Qué anuncia para la campaña electoral?

“Daniel en los últimos años se ha esforzado por hacer méritos con los Estados Unidos. Habría que decir que él es el gran artífice del tránsito pacífico (sin resistencia) de la revolución sandinista al capitalismo más brutal, que nos ha convertido en uno de los países más desgraciados de la tierra. El pactó, en su momento, con el presidente escogido por los gringos, Arnoldo Alemán. Congeló las luchas sociales y populares, lo que hizo posible la re-instalación pacífica del capitalismo en el país. Cuando le convino se alió con Bolaños en contra de Alemán. Bolaños ha sido el mejor y más fiel servidor y representante de los intereses gringos, incluso más que Trivelli. Por último, Daniel sometió en el Parlamento la aprobación del TLC, y como él mismo dijo: levantó todos los obstáculos para que fuera aprobado, y así fue. Como se ve, él ha hecho todo lo posible para ser aceptado. Para decirlo en términos nicas: ha andado de “ofrecido”, pero los gringos, por más que se les ofrece, no lo aceptan. Daniel, en otros tiempos, representó de manera auténtica la lucha antiimperialista del pueblo de Nicaragua, y eso no se lo perdonarán jamás, por más genuflexiones que haga”.

A tu juicio, ¿cómo ves el comportamiento del embajador Trivelli, a quien algunos le acusan de sobrepasarse en su activismo político?

“Trivelli sabe perfectamente que viola todas las normas a las que se debe todo representante diplomático. En un país digno, con un gobierno digno, hace tiempo que estaría de regreso en su casa. Pero Bolaños es su administrador, y el canciller su guachimán. Nuestras autoridades disfrutan con el injerencismo. Pero quizá, más grave que el injerencismo, sea el desprecio que deben tenernos en la comunidad internacional por no defender nuestra dignidad.

“Cuando veo todo esto, siento vergüenza ante la memoria de Sandino. Daniel dice, gesticula, pero es incapaz de hacer algo concreto para oponerse. Por ejemplo, él pudo haber orientado a sus diputados que no aprobaran las leyes complementarias del Cafta, mientras Trivelli no fuera enviado de regreso a su casa. Pero en materia de antiimperialismo, Daniel sólo es retórica, para guardar las apariencias, y aun así, todavía logra “engatusar” a alguna gente”.

¿Es sano este tipo de lenguaje político, o como se podría llamar, esta "guerra verbal", casi como Ricardo Mayorga vs Oscar de La Hoya?

“Al imperio le tiene sin cuidado lo que un dirigente político diga. Lo único que les interesa es qué es lo que éste hace concretamente. Me imagino que quienes saben de boxeo están seguros que de La Hoya no le tiene miedo a Mayorga. Así como Mayorga tampoco le teme a de La Hoya. Lo de la “guerra verbal” es puro circo para vender más butacas o derechos de televisión. Trivelli tiene la misión de juntar, a como dé lugar, a las fuerzas antisandinistas. Como funcionario tiene que rendir a cuentas a sus jefes en el Departamento de Estado, y cree que la manera mas fácil de lograrlo es agitando el fantasma de Ortega. Lo que Trivelli aparenta ignorar es que los líderes del PLC y su gente están en la realidad felices con Daniel. Incluso Montealegre, cuando fue canciller de Alemán celebró con júbilo el pacto. Todos ellos están dispuestos a pactar y repartirse el país hasta la consumación de los siglos. Trivelli --y ese es su problema, no el nuestro-- hasta ahora, con sus actitudes favorece a los pactistas, y los medios de comunicación sólo se quedan distraídos con la ‘guerra verbal’”.

El comandante Tomás Borge habla de buenas relaciones con EU, y que coincide en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico. ¿Ves posibilidades de que el FSLN esté en capacidad de desarrollar relaciones estables con Washington o serán unas relaciones marcadas por la inestabilidad y una fuerte retórica?

“Yo no tengo la menor duda de que la dirigencia actual del FSLN sueña con tener las mejores relaciones con los Estados Unidos. En especial deben soñar con la plata de las grandes empresas norteamericanas y sus inversiones aquí. De otra manera no habrían aprobado el Cafta y todas las políticas del FMI-Banco Mundial durante estos últimos años. Ellos han hecho todo para alcanzar ese nivel de relaciones, de confianza. Su drama es que no los aceptan. No confían en ellos. Cuando alguien te ve que has renunciado a una causa, a una bandera, a una revolución, nadie te cree. Ni siquiera tus peores enemigos. Por otra parte, no dudo de que sean sinceros cuando hablan de la lucha contra el terrorismo”.

Se ve un deseo de demostrar el antiimperialismo en líderes del FSLN, sin embargo, críticos desde el sandinismo amplio dudan de la veracidad de esas convicciones. ¿Tú cómo las aprecias?

“Fidel ha sostenido hasta la saciedad que si algo podría y deberían hacer los revolucionarios de América Latina por sus pueblos, era oponerse con todas sus fuerzas a los tratados de libre comercio. Que éstos no eran otra cosa que la nueva versión neocolonial del imperialismo. En otras palabras, no puede haber antiimperialismo apoyando y aprobando el Cafta. Estos tratados son la quintaesencia, el fundamento del imperialismo hoy. Me imagino que quienes lo aprobaron tienen ahora que gritar fuerte contra el imperialismo para tratar de ocultar, enmascarar lo que en la práctica han hecho”.

El que algunos personeros de la Alianza Herty 2006 se hayan reunido con Kirkpatrick levanta sospechas dentro del "team" rojinegro, como que comprobaría que este movimiento en términos objetivos, es utilizado por la actual Administración.

“Daniel no se reunió con la Kirkpatrick seguramente por dos razones: la primera, porque ella no se lo pidió, y, la segunda, porque si se lo hubiera pedido, habría temido que fueran públicos los abrazos y besos que Kirkpatrick le habría dado en agradecimiento por todo el respaldo que Daniel ha dado a las políticas e intereses económicos de los Estados Unidos. ¡Imagínese a Kirkpatrick felicitando a Daniel de la misma manera pública que lo han hecho Bolaños o el Cosep! La alianza Herty 2006 es un proyecto político que inevitablemente tendrá que ser juzgado por sus hechos en el Gobierno y en el Parlamento. Ese momento todavía no ha llegado. Los que ahora sí están totalmente claros, son los hechos que han puesto en entredicho a otros”.


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viernes, marzo 10, 2006

Tus lágrimas Eloísa, por la Justicia, otra vez pisoteada



Ayer vimos por la TV a Eloísa Ibarra llorando, indignada, decepcionada. Pero inmensamente digna, crecida, ejemplar! Nuevamente la Justicia brilló por su ausencia, y mediante argucias absolvieron, sin siquiera llegar a Juicio, al poderoso, al mentiroso, al macho, al protegido de los mafiosos del pacto.

Un día después de que compartimos con muchas otras mujeres la alegría del reconocimiento que le hiceron, desde la Revista Bolsa de Mujeres en el Día Internacional de la Mujer, como mujer periodista, valiente, corajuda: enfrentada al poder corrompido y corruptor que domina en todo el tinglado judicial; enfrentada a un magistrado vinculado a la "desaparición" de más de 600 mil dólares de las cuentas de la Corte Suprema de Justicia.

Eloísa nos dijo el 8 de Marzo que en todas las esferas donde nos toque realizar nuestro trabajo, se sepa que está una mujer, porque no se rinde ante los métodos que hoy imperan, porque no se doblega ante el chantaje, ni las amenazas, ni la represeión. Porque no tenemos miedo y porque queremos heredar otra Nicaragua a nuestros hijos!

Enjugamos tus lágrimas pequeña pero gigante Eloísa, para enorgullecernos de tu ejemplo y decirte que ese fallo no nos debe arrebatar el sueño ni la esperanza, ni la convicción de seguir luchando, con otras muchas mujeres que como vos, hemos decidido no dar tregua a la corrupción y al pacto que terminó de destruir la institucionalidad en Nicaragua. Ser tenaces como vos, para denunciar los robos, el tráfico de influencias, los negociados con los fallos, la doble moral, la mentira.

No cejar en nuestra lucha por el cambio, contra el poder, contra los que siguen mandado y están detrás de todos los fallos a favor de los narcotraficantes, de aquellos que ensucian los nombre sagrado de Sandino y Carlos Fonseca y hablan en nombre de los pobres para seguir engañando al pueblo, diciéndoles que se preocupan por él, cuando desde hace mucho, sólo les preocupan sus propios y mezquinos intereses.

No te avergüences de tus lágrimas Eloísa. Son lágrimas puras, como las que miles de mujeres derramamos con orgullo por tanta podredumbre moral, por tanta desvergüenza. Acumulamos fuerzas, acumulamos energías, las que sabemos desplegar las mujeres, junto a nuestros compañeros que también comparten tu indignación, para la rebelión, para la insubordinación, para el cambio.

Un gran abrazo.

Mónica Baltodano

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Inauguración Casa Campaña Managua


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viernes, marzo 03, 2006

¿Conocés Nicaragua?



José Antonio López Huelva me ha enviado este texto político con vocación poética (o texto poético con intención política, según prefieran), que quiero compartir con mis lectores, en ocasión del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Pueden descargarlo en esta dirección en formato PDF.

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